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sábado, 9 de noviembre de 2013

¿ESTAMOS ADAPTADOS A COMER CARNE? ¿O MEJOR HIDRATOS REFINADOS?

Sí que es verdad que el hombre paleolítico comía frutas y verduras (pero de temporada. Cuando el clima era frío, dificilmente podían comer ese tipo de hidratos, por tanto basaban su alimentación en carnes y pescados.

Nuestros antepasados llevan comiendo carne unos 3 millones de años como poco. Eso equivale a 150.000 generaciones.
Nuestros antepasados llevan, como poco, 500.000 años ejerciendo la caza de forma consumada e intensiva. Eso equivale a 25.000 generaciones.
Nuestros antepasados llevan cultivando cereales y comiendo sus almidones (azúcares complejos que hay que descomponer y transformar en azúcares simples, como hacen los herbívoros con la celulosa) unos 8.000 años siendo generosos. Eso equivale a sólo 400 generaciones de agricultura. Este tiempo no es suficiente para desarrollar mecanismos de adaptación a una dieta tan alejada de lo natural, y más teniendo en cuenta que desde que se adoptó la agricultura, la selección natural decayó, la integridad genética necesaria para la evolución se ha ido a hacer gárgaras y además el registro fósil revela una drástica disminución de la calidad biológica debido a una alimentación deficiente. Esto da a entender que, si por ventura nos adaptásemos genéticamente a una dieta como la actual y a una vida de sedentarismo, se operaría un retroceso en nuestra evolución. Por tanto, si hay un componente antinatural en la dieta humana moderna y que debería ser extirpado, no sería precisamente la carne, sino los granos de cereales, los almidones y todos sus derivados, además de otros productos artificiales de la actual industria alimentaria (aceites hidrogenados, azúcares refinados, edulcorantes artificiales, conservantes, colorantes y un largo etc.), extremadamente nocivos para la salud.

viernes, 8 de noviembre de 2013

¿EL VEGANISMO ES UNA FORMA SANA DE VIDA?

Mucha gracia me da cuando algún dietista dice que hay que comer de todo, pero poco y más tarde afirma que el veganismo es una forma óptima de alimentación. O una cosa o la otra, digo yo.
El veganismo propone no comer animales ni derivados (leche, huevos...).
La verdad es que el ser humano es omnívoro. De hecho nos separamos del simio gracias a que nuestro cerebro se hizo más grande. Y eso fue posible gracias a la proteína animal. Una cosa es no comer animales por una cuestión ética (aquí, nada que decir), pero la otra es no comer animales por no ser algo natural. (y eso es incierto).

El uso de armas y herramientas para matar animales o defenderse, cortar carne y quebrar huesos, la consumición de carnes, grasas, tuétano, médula y órganos cocinados procedentes de la carroña, el canibalismo y especialmente la depredación, y la actividad de la caza y todo lo que la rodea, han jugado un importantísimo papel en nuestra evolución. Nos ahorraron el trabajo de tener que desarrollar dentaduras carnívoras o garras que habrían entorpecido nuestro trabajo manual. Evitaron la aparición de jugos gástricos que acidificarían nuestro cuerpo limitando el desarrollo esquelético. Y finalmente, liberaron nuestro cráneo de la opresión de los músculos masticadores, permitiendo que nuestro cerebro creciese, nutrido por grasas animales de alta calidad, como las de los sesos, el tuétano, la médula, las criadillas y otros órganos.

• De todos los primates, somos los más adaptados al carnivorismo y a la caza.

• La Naturaleza había colocado al hombre en lo alto de la pirámide trófica antes del advenimiento de la agricultura. La agricultura provocó la caída del hombre de lo alto de dicha pirámide.

• Los paleoantropólogos saben ahora que incorporar carnes y grasas a la dieta, y empezar a cocinarlas después, ahorró muchísima energía calórica a nuestros antepasados, ya que la digestión, especialmente la digestión de productos vegetales fibrosos, es un proceso que consume mucha energía y que requiere un sistema digestivo extraordinariamente complejo. Comer carne cocinada, un alimento muy denso en nutrientes y de alta biodisponibilidad, permitió simplificar el sistema digestivo, y así desviar toda esta energía metabólica hacia la producción de calorías para combatir el frío, hacia la construcción de tejidos en general (cuerpos cada vez más grandes) y hacia la creación de materia gris en particular (aumento del tamaño del cerebro).


• Los herbívoros en cierto modo son los "pringaos" del mundo animal, que han sacrificado su capacidad cerebral en aras de constituir sistemas digestivos increíblemente complejos y caros en términos metabólicos, para poder digerir la materia orgánica más abundante —e inasequible— del planeta: la celulosa. Los carnívoros son audaces e inteligentes por cuanto se ahorran estos costosos trabajos digestivos comiéndose directamente a los herbívoros, y sustituyendo como fuente calórica principal a los azúcares por las grasas, que son un combustible más concentrado, efectivo y denso.


La película "Odisea 2001" aborda la evolución humana desde una perspectiva curiosa. Durante un alineamiento astral (suena la melodía del "Así habló Zaratustra" de Richard Strauss), se produce el amanecer del hombre: Dios se manifiesta a un grupo de primates herbívoros africanos, que tras la "revelación", cambian su comportamiento, adoptando el uso de armas-herramientas y el consumo de carne.




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