¿Cuantas veces hemos oído en boca de nuestro médico o de algun amig@ que la natación va bien para la espalda?
El primer problema que acostumbra a tener un nadador profesional es precisamente en la espalda.
Tenemos que diferenciar dos cosas: lo que llamamos natación (crol, espalda, mariposa y braza) y lo que llamamos actividades acuáticas (aquaerobic, aquagym o qualquier tipo de actividad dentro del agua).
Estilos de natación.
Una de las características de la natación es la horizontalidad (exceptuando el estilo de la braza). Para mantener esta horizontalidad hay que hacer cierto esfuerzo en la zona lumbar para mantener esta posición. Ahora bien, si yo precisamente tengo dolor en esa zona de la espalda o bien (como no soy nadador experimentado), me cuesta mantener esta posición, lo que me está pasando es que estoy perjudicando aun mas mi espalda en vez de arreglarla.
El estilo de espalda sería el mejor para la gente con problemas en esta zona, siempre y cuando el estilo se nade perfectamente y no tengamos ningún problema para mantener dicha horizontalidad. Ahora bien, ¿quién nada perfectamente un estilo, sin ser nadador? Muy poca gente, la verdad.
Recomendaríamos a todas aquellas personas con dolor de espalda: lumbar, dorsal, cervical (prohibido terminantemente el estilo de braza), que no nadaran estilos, a no ser que tengan un muy buen nivel de natación y/o estén bajo la supervisión de un técnico.
Actividades acuáticas.
En el agua pesamos 10 veces menos. Ideal para trabajar todo tipo de movimientos y poder tonificar nuestro cuerpo: actividades como saltar, correr, hacer todo tipo de desplazamientos, trabajar con material alternativo ("churros", pull-boy, planchas...), nos irá bien para mejorar nuestra calidad de vida. Eso sí, antes de hacer ningún ejercicio hablar con el técnico de la piscina para contarle que patología tenemos para que nos diga que tipo de ejercicios no podemos hacer.
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