lunes, 15 de junio de 2015

DIETA CETOGÉNICA I



En la actualidad, una parte importante de la comunidad médica establece los hidratos de carbono (HC) como la base principal de una dieta sana, y proponen una reducción de las calorías, sobretodo las que provienen de la grasa para favorecer la pérdida de peso. Por otro lado, existe una línea creciente de investigadores que opinan que éste es un camino claramente equivocado, y opinan que la reducción de los carbohidratos es la herramienta más potente para la pérdida de tejido adiposo y, en definitiva, para mejorar la salud. Debido a la menor divulgación “popular” de ésta segunda opinión, para la mayoría de la población son desconocidos los beneficios de seguir una dieta cetogénica, y aún se siguen criminalizando éste tipo de alimentación. Voy a intentar hacer una pequeña introducción y dar mi opinión.

¿Qué es una dieta cetogénica?

Se entiende como dieta cetogénica aquella que permite al cuerpo entrar en un estado de cetosis fisiológica . Se considera que una dieta cetogénica seguida para favorecer la pérdida de grasa debe contener un máximo de 0.4 gr. de HC por kilo de peso corporal, sin limitación en el consumo de grasas y proteínas. Mi opinión es que será más efectiva cuántos menos carbohidratos se ingieran. Si se quiere utilizar una dieta cetogénica para tratar la epilepsia, ésta debe ser reducida mucho más rica en grasas y mucho menos en proteínas y la cantidad de HC no debe superar los 10 gr. al día.

No siempre reduciendo los HC se consigue entrar en cetosis. Se estima que de 100 gr. de proteínas el cuerpo puede sintetizar 57 gr. de glucosa, y para tratamientos de la epilepsia con dietas cetogénicas se limita también la ingesta de proteínas. La cantidad y calidad de macronutrientes (HC, grasa y proteínas), el momento de su ingesta, la cantidad y calidad de ejercicio físico, el metabolismo, etc. son factores que influyen en la producción de cuerpos cetónicos.




¿Qué son los cuerpos cetónicos?

Los cuerpos cetónicos (CC) son compuestos químicos producidos en las mitocondrias de las células del hígado (hepatocitos) a partir de la descomposición de los ácidos grasos. Hay tres tipos de CC: acetoacetato (AcAc), 3-hidroxybutirato (3-HB) y acetona. Éste último se produce por la pérdida de un carbono del compuesto AcAc y es el que da un olor particular al sudor y el aliento. Los cuerpos cetónicos sirven como fuente de energía para el cerebro y tejidos periféricos, cómo los músculos esqueléticos y el corazón.

Posible razonamiento fisiológico

El ayuno, la ausencia de HC en la dieta o el ejercicio físico prolongado aceleran la utilización de la grasa como fuente de energía. Ya vimos en el post de insulina y pérdida de grasa, el mecanismo a través del cual dicha hormona frena la utilización de las reservas de grasa como fuente de energía. Una dieta rica en HC favorece su utilización como fuente de energía, reduciendo la utilización de la grasa. Niveles elevados en sangre, de glucosa e insulina producidos por dieta altas en carbohidratos favorecerán una mayor acumulación de tejido adiposo. La insulina permite la entrada de la glucosa al interior de las células grasas (adipocitos). Ésta glucosa es convertida en dos molécula diferentes: Acetil-Coenzima A y Alfaglicerofosfato. Las dos moléculas de Acetil-CoA se unen a un glicerol (cedido por la molécula de alfaglicerofosfato) para transformarse en triglicéridos y poder ser almacenados en las reservas de grasa corporal.

De la misma manera, para que la grasa de la dieta pueda ser almacenada en el tejido adiposo es necesario un aumento de los niveles de glucosa e insulina de forma paralela. Es necesario que a las moléculas de ácidos grasos de la dieta les sea unida una molécula de glicerol, cedida principalmente por el alfaglicerofosfato, que ya hemos visto que se produce, principalmente, gracias a la entrada de glucosa en el adipocito.

Por ésta razón, mi opinión es que un entorno con niveles bajos de insulina, de glucosa y con un metabolismo desviado hacia el consumo de grasa (lipolítico) parece ser la mejor opción para la destrucción y utilización de las reservas de grasa.

Posibles mecanismos

Varias publicaciones proponen una gran variedad de posibles mecanismos que justifiquen la pérdida de peso y tejido adiposo a través de las dietas cetogénicas: aumento de la termogénesis inducida por la ingesta de proteínas, la supresión del apetito producido por los cuerpos cetónicos, mayor producción de calor en el tejido adiposo marrón, un aumento de la lipólisis producido por una reducción de los niveles de insulina, un incremento de la oxidación de los ácidos grasos (aumento del metabolismo lipolítico),

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