El ex-nadador Ian Thorpe es uno de los ejemplos de juguete roto. Lo ganó todo como deportista, se retiró cuando aún era joven, por estar desmotivado, pero su transición a la sociedad no fue buena y cayó en todo tipo de adicciones y depresiones.
Thorpe ingresó la semana pasada en el hospital para una intervención quirúrgica por problemas en un hombro que ya tenía cuando era nadador. Pero la mezcla de analgésicos combinado con los antidepresivos que tomaba, juntamente con una infección ocurrida en la misma operación, habrían facilitado este problema que podría terminar con la movilidad de su brazo izquierdo.
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