El calzado deportivo es pieza fundamental en la carrera, ya que la zapatilla es el elemento fundamental que conecta al aparato locomotor con el suelo. Gran parte de las lesiones que sufre el corredor vienen determinadas por una elección incorrecta del calzado deportivo o por una mala utilización del mismo. El podólogo está obligado a entender sobre este aspecto, tanto para buscar la mejor adaptación de sus plantillas, como para realizar una buena recomendación al corredor.
Las Marcas han ido comprendiendo que para correr adecuadamente no era suficiente una buena amortiguación, hacía falta estabilidad en la pisada y poco a poco han ido introduciendo elementos en los diseños de sus zapatillas para favorecer esa estabilidad.
Las características principales de una zapatilla deportiva tipo running son:
-Ofrecer protección al pie
-Ser transpirable
-Flexible y ligera
-Cómoda
-Resistente al desgaste y a la abrasión de la suela
Asimismo, debe cumplir las funciones de:
-Disminuir el esfuerzo durante el movimiento
-Evitar fuerzas de impacto sobre el aparato locomotor
-Proteger al pie durante la carrera
-Optimizar el rendimiento deportivo
-Facilitar las necesidades biomecánicas
-Evitar lesiones
-Favorecer el gesto deportivo
Al correr, el pie se calienta, inflama y transpira, es por ello que la zapatilla debe tener cierta holgura de al menos un número por encima del habitual de uso cotidiano, entre otras cosas para evitar ampollas y helomas subungueales a nivel de los dedos.
Consideraciones técnicas de una buena zapatilla de entrenamiento:
-La altura de la entresuela será superior a 15 mm
-La densidad inferior a 35º Shore
-Contemplará inserciones en la entresuela
-El material de corte será ajustable
-Debe permitir la adaptación del calzado al soporte plantar personalizado
de entreno.
Desgaste del calzado:
Debido al uso la zapatilla tiene un desgaste, alteración y deformidad obvias, es por ello que una zapatilla tiene una vida útil de aproximadamente 1.500 kilómetros y en sí misma una zapatilla con bastante uso nos dará mucha información si nos atenemos al desgaste de la suela, deformidad del tejido, impresión de la huella del pie sobre la propia plantilla de la zapatilla, etc
Como norma todo corredor desgasta su zapatilla por el borde externo del talón, eso suele ser algo común, pero a nivel de la pala o suela anterior, el corredor neutro realiza un desgaste medio, el pronador por la zona interna y el supinador por la región externa.
La zapatilla de entrenamiento es la que ofrece más protección al corredor, ya que contiene más elementos estabilizadores y de amortiguación, aunque ello también se va a traducir en un
mayor peso.
Un maratoniano realiza unos 45.000 impactos con sus pies sobre el suelo, multiplicando varias
veces el peso de su cuerpo en cada uno de dichos impactos, de ahí la importancia que tiene el
concepto amortiguador de la zapatilla para prevenir lesiones por sobrecarga o sobreutilización.
Características físicas de los elementos de la zapatilla de entreno:
-Suela: Suele ser de poliuretano liso o con tacos
-Mediasuela: Normalmente de E.V.A. (etilén vinil acetato) bidensidad, y en ocasiones el
fabricante incluye algún tipo de Gel, Aire e incrustaciones varias.
-Material de corte: Sintético y transpirable para favorecer la expulsión del sudor
-Lengüeta: forrada y alta para proteger los tendones extensores del pie
-Contrafuerte anatómico
-Cordones trenzados para evitar que se desaten durante la carrera
-Ojales dimensionados para un mejor ajuste
-Plantilla amortiguadora y absorbente
Sr. Jacint Andreu González
Podólogo Deportivo
Num.Col.603
Responsable de www.plantillasdeportivas.es
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