En las últimas décadas la sociedad humana ha derivado hacia una
epidemia de obesidad y diabetes. La obesidad la hemos quintuplicado en los últimos 30 años y eso nos indica que algo estamos haciendo mal cuando ahora existen unos profesionales llamados Nutricionistas, médicos endocrinos y miles de productos para adelgazar. Pero la obesidad va a más así que, repito, algo no estamos haciendo muy bien.
Si aunamos todas las tendencias que existen en este campo del adelgazamiento, las podríamos resumir en 2:
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Teoría CICO (calorías in – calorías out). Es lo que nos llevan contando es estas últimas décadas y que parece de sentido común: engordas porqué comes más de lo que gastas. Menos plato y más zapato…
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Teoría hormonal. No engordamos por comer mucho o poco sino por comer mal. Y una de las hormonas protagonistas aquí es la insulina: a más insulina que libere nuestro páncreas mayor será la capacidad de nuestro organismo para almacenar grasa.
La teoría CICO se está desmontando poco a poco. Si el comer menos nos adelgazara, no habría obesos y resulta que los estamos aumentando cada año que pasa. Mucha gente cree y parece de sentido común que si me muevo más y como menos, adelgazaré. Pero es que esto no va de calorías.
Si en lugar de correr 5 kms corro 7 kms y encima como menos, será una excelente forma de enfermar rápido.
Si me muevo más, tendré que comer más. Mi cuerpo necesitará más gasolina. Y es que el cuerpo se mueve por homeostasis (equilibrio). Si como más, mi cuerpo quema más. Si como menos, mi cuerpo quema menos. Así que si me entesto en comer menos, en comer poquito, lo único que hago con eso es que mi metabolismo sea cada vez más bajo. De ahí salen patologías como la tumba metabólica, hipotiroidismo, hipertiroidismo…
Y es que el cuerpo no quiere comer poco. Si comemos poco, se activan unos procesos que derivarán a un estrés, a una ansiedad por comer… y en definitiva a unos cambios hormonales que no nos beneficiarán en absoluto.
Y de ahí sale la otra gran teoría hormonal. Muchas de las dietas que se han puesto de moda en los últimos tiempos, se basan en tener controlada la insulina. Si la tenemos controlada no engordaremos (aunque no hagamos deporte). ¿Y qué es lo que nos dispara la insulina? Por orden:
- Bollería, alcohol, fritos.
- Harinas: pasta, pan, cereales.
- Almidones como la patata o el arroz
- Proteína (carnes, pescados, huevos…)
La proteina siempre viene mezclada con grasa y esta hace que el impacto de la insulina sea muy bajo.
Y decir que la grasa saludable: aguacates, aceite de oliva, coco, aceite de coco, mantequilla, frutos secos, animales de calidad… no liberan la insulina sino otra hormona (glucagón).
Miremos un momento a nuestro alrededor e identifiquemos los obesos que conozcamos (amigos, familiares, vecinos, compañeros de trabajo…). ¿Cuál es la causa de su obesidad?
- Los cocos, aguacates, nueces, olivas…
o
- Pan, pasta, galletas, cereales…
Las harinas nos disparan el azúcar en sangre y con ella, la insulina. Ese chute de insulina conlleva su bajada fuerte en pocos minutos, con lo cual, al cabo de poco volvemos a sentir hambre y ansiedad por comer. Por eso hay gente que necesita comer 5, 6 o hasta 7 veces al día. ¿Por qué el cuerpo nos pide constantemente comida, cuando tenemos en nuestro cuerpo una alta reserva de grasas para quemar? ¿No tiene mucha lógica verdad? Un organismo que tenga un peso ideal tiene reservas para estar 30 días sin comer (sólo bebiendo agua), en cambio una persona con un sobrepeso de 20 kilos, su cuerpo le pide comida cada 2-3 horas.
Si vamos dejando de lado las harinas y azúcares y sobre todo vamos aumentando la ingesta de grasas buenas, veremos como nuestro cuerpo:
- Empieza a quemar la grasa que almacenamos y nos sobra
- Irá más saciado y nos hará comer menos veces al día.
