Seguramente muchos habréis visto esta disciplina por la televisión pero no la asociáis con el nombre de windfly.
Este deporte de riesgo consiste en un salto al vacío desde un avión, normalmente un Pilatus Porter, tras el cual el saltador hincha las alas de su traje y ejecuta arriesgadas piruetas en el aire, mientras cae a una velocidad aproximada de 200 kilómetros por hora, y aterriza desabrochando una cremallera lateral que libera las piernas para caer con una mayor seguridad.
Los trajes aéreos cuentan con numerosos accesorios para evitar accidentes o disminuir posibles daños en una caída, desde los cascos y gafas reglamentarios en todas las modalidades de salto Base a complementos más específicos como una reserva manual que despliega un paracaídas accesorio.
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